sábado, 5 de mayo de 2012

RESURRECCIÓN DEL 96

POR FAVOR, DIME: ¿QUÉ TIENES POR SEGURO?

                   ¿Los bienes que hoy posees?
¿El amor de tu pareja?
¿Tus ingresos monetarios?

¿Tu buena salud?

¿Tu capacidad mental?

¿El bienestar de tus seres amados?

¿Tus propios sentimientos?
¿Siquiera tu cordura?
¿Cualquier cosa, tangible o no, de este mundo?

En verdad, no sabemos con certeza sí el sol saldrá mañana, siempre, claro, que tengamos un mañana.
En este inmenso océano de incertidumbre nos tomamos neciamente de cualquier ilusión que semeje firmeza, o quizá nosotros mismos inventamos la firmeza allí, donde solo hay apariencia.
¡Conozco el riesgo!, si permitiéramos que el soplido racional de la duda avente nuestros ideales y frágiles construcciones, sobrevendría el pánico, o la locura. Razón por la cual continuamos aferrándonos a lo transitorio, como prevención analgésica, que no cura pero aleja el dolor.

DIME, POR FAVOR, ¿NO ES ESTO SEGURO?

Que vives
Que has nacido de madre
Que sientes

Que amas, o has amado

Que piensas
Que has de morir
¡QUE DECIDES!

Tienes tu tiempo, cien años o algunos segundos, úsalos a tu modo, solo él te servirá. Busca, golpea, descubre, hazte monje o libertino, señor o criado, emigra a la montaña o alójate en el centro de la ciudad, pero jamás, jamás transites dormido por la vida. No te permitas pasatiempos, porque pasan los tiempos y en ello nuestro combustible se consume sin llegar a puerto. Pregúntate sobre el porque de ti mismo, investiga sobre lo que realmente tienes, tu vida. Ten presente que por ella es todo lo que posees, por ella tienes el don de la conciencia (con-ciencia), la capacidad relativa del análisis de los acontecimientos que te suceden, y nos suceden. No la rindas a los deformes pies de la rutina, al trabajo, las tertulias sanguinarias para los ausentes, la tele-visión de la estupidez, o la tonta distracción pasatista. Cúbrela con tu Amor, lávale el rostro, ponle sus mejores vestiduras, estrénala cada minuto de cada día, y úsala solo para lo que fue creada. A cambio te entregará el único fruto de la verdad, tu verdad. Muérdelo con decisión y su néctar te acercará al portal del lugar de donde algún día partimos, por haber saboreado el fruto equivocado. No ocurra que los tiempos te alcancen sin haber realizado tu labor.

Filemón Solo


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