sábado, 17 de marzo de 2012

EL CIELO

Niño uno - Señorita, ¿a qué distancia se encuentra el cielo?-
Docente  -Bueno en realidad no existe el cielo. Eso que vemos es efecto de la luz solar sobre....
-Niño, interrumpiendo –El sacerdote dice que sí hay un cielo-
-Docente – Sí, claro pero ese es otro cielo y tiene que ver con la religión-
-Niño - ¿Hay un cielo para la escuela y otro para la iglesia?-

Más niños se suman al cuestionamiento

-Señorita, señorita ¿es cierto qué hay un cielo para los perros?-
-¿Y para los gatos Seño? Ellos no pueden estar juntos-
-Los ángeles se parecen a mi primito, que es un bebé- Dice otro
-¿Todos los ángeles son niños?- Pregunta una niñita
-¡Pobres los chinos! No hay ángeles con sus ojitos-. Se compadece otra
- Bueno, tampoco hay angelitos mujeres- Afirma alguien
-¿Cómo qué no hay cielo, si allí está mi abuelita? –Insiste el primero
-Docente – Yo quise decir que eso que vemos en lo alto no es cielo-
-Niño dos –Entonces ¿dónde está?-
-Docente – El cielo no es un lugar, es algo que ustedes no pueden entender aún-
Dentro del bochinche reinante se escucha una pequeña garganta emitiendo una lapidaria conclusión:   -¡Entonces nosotros no podemos ir al cielo porque no lo entendemos!-
-Docente –¡Claro que sí! Ustedes serían los primeros. Pero eso deben preguntárselo al cura-
-Niñita uno – Yo no conozco a ningún cura ¿No podré ir al cielo entonces?-
-Niño tres–Mi tío es cura, y me dijo que nadie nunca estuvo antes allí. ¿Cómo nos pueden enseñar si no lo conocen?- (El tamaño del cerebro de un pequeño no estrecha sus razonamientos)
-Niña dos –El cielo es solo para los mayores, aunque ellos tampoco pueden entenderlo. ¡Pero todos los ángeles son niños!-
-Docente, levantando la voz - ¡Basta chicos, estos temas no son para la escuela! -

Por una ventana abierta al “cielo”, alguien grita desde la calle - ¡A LOS LIBROS, NIÑOS,  RECURRAN A LOS LIBROS, APRENDAN RÁPIDO A LEER. TODO LO QUE DESEEN SABER EN ELLOS LO HAN DE ENCONTRAR. “ESTOS TEMAS (LOS FUNDAMENTALES) NO SON PARA LA ESCUELA” -

Glosario:

Docente: Paciente ser que tiene a bien tolerar a nuestros niños a cambio de un magro salario, volcando sobre ellos lo indicado por un escueto, paupérrimo, e interesado libreto oficial.
Maestra/o: Bueno, Maestro es otra cosa. Sería (no suele ser fácil encontrarlos) aquel que, en función de su conocimiento, puede contestar cualquier pregunta no curricular (Léase: “consulta esencial”)
Escuela (del griego schola, lugar donde se impartía conocimiento): Actual sitio de patético aspecto, donde se agrupa a los alumnos en función de sus edades. Suponiendo, a priori, que los años los igualan es sus facultades, y demás factores que hacen a cada individualidad. Allí se les administra un método sistémico de pálida instrucción meramente objetiva.

Filemón Solo
         


                                                                

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